"Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados;" (Hebreos 12.15, LBLA)
La raíz de amargura nos aparta de la Gracia, caemos de ella, y no nos es conveniente porque la Fe deja de funcionar y caemos bajo la maldición de la Ley, perdemos todo lo que hemos ganado como la justificación en Cristo y nos quedamos sin Cordero, alejándonos de las Promesas y del Reino del Padre Celestial.
Lo tremendo es que es una MANCHA que nos contamina, y lo peor es que empezamos a contaminar a otros.
Se manifiesta a través del desánimo, del desaliento, desesperación, depresión, se siente que se pierde la esperanza, se cae en ansiedad y congoja, todo esto es lo que se conoce como angustia del alma o alma angustiada y afanada.
CONSECUENCIAS DE LA RAIZ DE AMARGURA
Nos causa tristeza, además del resentimiento acompañado de ira y hostilidad reprimida en sentimientos, convirtiéndose en el veneno del alma, que va contaminando nuestro ser, hasta que destruye la vida del Padre que está dentro de nosotros. Ocasionando que nos olvidemos de lo que D’os ha hecho en nosotros.
A. APARTARNOS DE CRISTO.
"Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados; de que no haya ninguna persona inmoral ni profana como Esaú, que vendió su primogenitura por una comida. Porque sabéis que aun después, cuando quiso heredar la bendición, fue rechazado, pues no halló ocasión para el arrepentimiento, aunque la buscó con lágrimas." (Hebreos 12.15-17, LBLA)
Las lágrimas no siempre son una señal de estar arrepentido, también salen lágrimas de amargura que nos contaminan, conozco gente que llora de ira, de impotencia, y guardan el dolor que luego los amarga.
No necesitamos ir muy lejos para poder ver ejemplos de gente amargada que lloro luego.
El más grande de todos es el mismo pueblo de Israel que durante todo el tiempo se amargo y se manifestó su amargura a través de quejas sin razones, porque la amargura enceguece a la persona.
El otro caso es más palpable, Judas, este hombre después de haber caminado con Jesús, se amargo, se apartó y vendió su privilegio por 30 monedas de plata, luego la amargura lo lleva a terminar colgado en un campo que fue comprado por el precio de su amargura.
B. ENFERMEDADES.
" Moisés hizo partir a Israel del mar Rojo, y salieron hacia el desierto de Shur; anduvieron tres días en el desierto y no encontraron agua. Cuando llegaron a Mara no pudieron beber las aguas de Mara porque eran amargas; por tanto al lugar le pusieron el nombre de Mara. Y murmuró el pueblo contra Moisés, diciendo: ¿Qué beberemos? Entonces él clamó al Señor, y el Señor le mostró un árbol; y él lo echó en las aguas, y las aguas se volvieron dulces. Y Dios les dio allí un estatuto y una ordenanza, y allí los puso a prueba. Y dijo: Si escuchas atentamente la voz del Señor tu Dios, y haces lo que es recto ante sus ojos, y escuchas sus mandamientos, y guardas todos sus estatutos, no te enviaré ninguna de las enfermedades que envié sobre los egipcios; porque yo, el Señor, soy tu sanador." (Éxodo 15.22-26, LBLA)
Muchas enfermedades llegan a los hijos del Señor por andar de amargados y esto los lleva a hablar mal del Padre Celestial, y una consecuencia es las enfermedades de los Egipcios sobre ellos.
C. PRISIONES.
" Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan, quienes descendieron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo, pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos; sólo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo. Cuando Simón vio que el Espíritu se daba por la imposición de las manos de los apóstoles, les ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí esta autoridad, de manera que todo aquel sobre quien ponga mis manos reciba el Espíritu Santo. Entonces Pedro le dijo: Que tu plata perezca contigo, porque pensaste que podías obtener el don de Dios con dinero. No tienes parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. Por tanto, arrepiéntete de esta tu maldad, y ruega al Señor que si es posible se te perdone el intento de tu corazón. Porque veo que estás en hiel de amargura y en cadena de iniquidad. Pero Simón respondió y dijo: Rogad vosotros al Señor por mí, para que no me sobrevenga nada de lo que habéis dicho." (Hechos de los Apóstoles 8.14-24, LBLA)
La amargura nos mete en una prisión y no nos damos cuenta que hemos caído en un Evangelio de mercader, en donde vendemos los dones del Espíritu Santo, o peor aún, creer que porque ofrendamos, somos merecedores de que nos pongan en un privilegio, tremendo error y engaño de Satanás, es importante pedir perdón y perdonar.
ORIGEN DE LA RAIZ DE AMARGURA.
"Al oír Esaú las palabras de su padre, clamó con un grande y amargo clamor, y dijo a su padre: ¡Bendíceme, bendíceme también a mí, padre mío!" (Génesis 27.34, LBLA)
Hay algunas fuentes que la originan, pero la principal tiene que ver cuando cambiamos la Primogenitura por un plato de lentejas, nos dejamos llevar por la necesidad del momento y nos olvidamos del Padre Proveedor en medio de la necesidad.
Es el caso de Esaú que se hizo fornicario por ver más la necesidad del momento que la promesa hecha por el Principio, en este caso, la ley de la Primogenitura.
En cambio nuestro Señor Jesucristo, el Primogénito de toda la Creación, en el momento de la tentación en el desierto, tomo la Promesa y no acepto el pan del momento, sino que clamo diciendo que no solo de Pan viviría el Hombre, sino que el verdadero sustento está en la Palabra que sale de la boca del Padre.
Saúl quiso con lágrimas recuperar la bendición, y cuando no pudo se amargo, y quiso matar a su hermano Jacob.
Hoy día hay muchas personas que sirven al Señor, y las necesidades hacen que se alejen y botan el servicio, luego están amargados y se enojan y por no perdonarse ellos mismo y perdonar a los demás, se amargan.
DESCUBRIENDO LA AMARGURA.
"Por tanto, no refrenaré mi boca, hablaré en la angustia de mi espíritu, me quejaré en la amargura de mi alma. " (Job 7.11, LBLA)
Cuando nos quejamos en la necesidad o angustia, y empezamos a murmurar, cuando de continuo vivo enojado o furioso, cuando mantengo en mi boca palabras de maldición, cuando vivo recordando a alguien y esto me causa que cambie mi carácter, etc., es un indicativo fuerte de que la amargura ya fue sembrada.
Otra señal fuerte que hay semilla de amargura es cuando nos alejamos de la congregación, de los amigos, del trabajo, etc., por miedo a ser herido de nuevo.
Así como la amargura es un área, también lo es el rechazo y muchas más, que luego descubriremos y nos daremos cuenta que nuestra alma se encuentra muy contaminada y que necesita urgentemente que seamos ministrados para alcanzar la Consagración y a través de ella, podamos perfeccionar la Santidad.
Esta es la continuación de la anterior enseñanza, también tomada del Libro de mi autoría llamado "La Menstruación del Alma".
Bendiciones a manos llenas en Cristo Jesús,
Pastor Gilberto Hernández Ch.
Director General "MHermón"
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